No hay palabras en ningún idioma que puedan describir lo mucho que necesito que Super Creek me abrace al llegar a casa, que me prepare de comer y yo le prepare un postre y algo de beber, y entonces comamos juntos mientras nos contamos como nos fue en nuestro día, para finalizar viendo una película y dormir en cucharita. Pero no, Super Creek nunca me va a preguntar cómo me fue en mi día, nunca me dedicará "el muchacho de los ojos tristes", nunca la iré a apoyar a una de sus carreras, nunca me esperará nadie en casa ni tendré una razón para dormir con una sonrisa en el rostro. No tengo a una Super Creek en mi vida, y todo es peor por eso.
> jaja, ni las manos metió
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