CHAN.MX

@14,942
La desgraciada volvió.
Si bien, cuando decidí dejar la casa de mis padres pensé que me dejaría por completo del tema de la lechuza que me seguía a todos lados.
Tuve relativa tranquilidad un tiempo, tal vez omití cierto contexto aquella vez que les conté mi anécdota, así que me gustaría anexar algo de contexto anterior y posterior a la historia, tomen esto como una especie de conclusión al tema de la bruja, más no a mis anécdotas sobre brujas.

Así qué, alguna vez regresando de una peda, decidí ahorrar un poco y regresar a casa de mis padres a pié. Avanze por el mismo camino por el cual el taxista tiempo después me explicó, era una finca.
Exactamente no recuerdo la fecha, pero tengo presente que fue durante los últimos meses del año, entre septiembre y octubre.
Al irme adentrando cada vez más sobre el camino, a lo lejos pude ver un cliché de los más terroríficos en mi opinión. Digo, a fin de cuentas, creo que cualquiera al menos levantaría una ceja si en uno de los baldíos donde anteriormente era la finca viera una fogata rodeada de personas. Raro de huesos, ¿verdad?
Si me conocen algo a éste punto saben lo que viene, completa indiferencia después de la sorpresa inicial. Tengo la teoría de que probablemente alguien que estaba en la fogata esa vez me vio, para asegurarse de mi silencio probablemente comenzó a seguirme. Semanas después de esto, es cuando pasa mi anécdota con el taxista.
Para dar una especie de cierre viene la parte más rara en cuestión a cosas "curiosas" que pasaban en mi departamento.
Acostumbro salir a una pequeña terraza que hay en mi departamento porque ¿a quien no le gusta fumarse un porro después de un día estresante?
Uso mucho una silla de jardín para pasar el rato en la terraza en lo que suelo terminar de fumar, dicha silla siempre se encuentra pegada a una pared de la terraza. Con el pasar de los días me daba cuenta de que poco a poco, comenzaba a escuchar de nuevo aleteos, pero sin llegar al nivel de ver u oír el gorjeo de lechuzas.
Decidí solamente dejarlo pasar, pero un día, regresando del trabajo me doy cuenta que en la puerta de casa hay plumas negras tiradas. No sueltas, si no aún pegadas a una parte de esqueleto. Supuse entonces que algún gato mato un ave y vino a traerme "Un regalo" bastante feo la verdad. Lo tire a la basura.
La semana siguió, y día con día seguían apareciendo las partes sobrantes del ave. Una pierna, una ala, parte de las costillas, hasta que finalmente un día aparece el cráneo del ave.
Recién llegaba del trabajo, tenía la intención de fumar porro solo por que si. Al salir a mi terraza solo para encontrar la silla, la que estaba siempre pegada a la pared, fija en el centro de la terraza, había algo en el medio de la silla, posado como una especie de Tótem. Era el cráneo, el cráneo del ave incrustado en el medio de la silla, de la parte posterior del cráneo sobresalían 3 plumas negras en forma de abanico. El picó apuntaba directo hacia mi, demasiada coincidencia para que un gato sea quien hizo esto.
Como sea, decidí hablarle con una amiga que es bruja, realmente nunca me explico si realmente una bruja estaba intentando encontrarme, solo se que le hizo una limpia a mi departamento con una mezcla de inciensos, desde ahí, no he vuelto a escuchar lechuzas.


Actualizacion:Conseguí un gato.