A mi jamás se me olvidará cuando el Trío Diabólico me trajo de regalo el Micro Hornito más perro del condado, pero nunca revisaron la caja y no se dieron cuenta que no traía ni los polvos para hacer pasteles y la palita. Así que mis papás me llevaron a Soriana y descaradamente pidieron un cambio de producto porque el que compraron venía mal, mientras yo veía todo devastada.
Ese día algo se rompió dentro de mi, pero al menos a mis 11 años tenía el poder de acabar con los sueños e ilusiones de mis primos que aún creían; y obvio, tenían que seguir dándome regalos para mantenerme callada.
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