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Personaje: Eryon, el Errante

Eryon fue uno de los primeros en cruzar la Puerta de los Niveles, mucho antes de que se popularizara la leyenda del portal. Era un erudito y alquimista que dedicó su vida a estudiar dimensiones alternas y el poder del conocimiento prohibido. Su obsesión lo llevó a descubrir los rituales del culto que abrió la puerta. Con una mezcla de fascinación y temeridad, Eryon decidió someterse al viaje, convencido de que podría desentrañar los secretos del multiverso.

El Descubrimiento de los Niveles Ocultos

A medida que Eryon avanzaba a través de los cinco niveles conocidos (Sombras, Ecos, Realidad Distorsionada, Reflejos y Juicio), algo comenzó a inquietarlo. Aunque había escuchado de otros que escaparon la puerta y relataron sus vivencias, Eryon sentía que algo más acechaba en la dimensión. Tras confrontar al Guardián en el Nivel del Juicio, Eryon fue liberado, pero en lugar de regresar a su realidad, sintió que algo lo empujaba hacia más allá. El Guardián, con una sonrisa enigmática, lo dejó cruzar hacia una verdad oculta que pocos habían alcanzado.

Fue entonces cuando Eryon comprendió la terrible realidad: los cinco niveles eran solo una fachada. Detrás de ellos había niveles aún más profundos, sombras más oscuras, y dimensiones que no seguían las reglas de la lógica humana. Eryon fue arrastrado hacia estos niveles ocultos, donde la realidad era aún más volátil y peligrosa.

Los Niveles Prohibidos

En este nuevo reino, Eryon descubrió que había niveles prohibidos, dimensiones que incluso el Guardián desconocía o no podía controlar. Estos niveles no eran simples pruebas psicológicas o distorsiones físicas; eran entidades vivientes, dimensiones con conciencia propia, que manipulaban a los viajeros y se alimentaban de sus miedos, esperanzas y sufrimiento.

Uno de estos niveles era conocido como El Vacío Eterno, una dimensión donde el tiempo no existía y donde las almas de aquellos que fracasaron eran atrapadas por la eternidad. Aquí, Eryon descubrió a otros viajeros perdidos, sus cuerpos y mentes rotos por el interminable flujo de tiempo. Fue en este nivel donde Eryon comenzó a comprender la verdadera naturaleza de la Puerta: no era solo una vía a otros mundos, sino una entidad en sí misma, una trampa diseñada para devorar a los curiosos.

Otro nivel oculto era El Reino de los Ecos Perdidos, una dimensión donde las voces de aquellos que alguna vez intentaron regresar resonaban interminablemente. Eryon, escuchando los ecos, comenzó a entrever que las dimensiones no solo estaban interconectadas entre sí, sino que también tenían ramificaciones que conectaban a múltiples universos, creando una red infinita de realidades.

La Maldición de Eryon

Atrapado en estos niveles desconocidos, Eryon perdió toda esperanza de volver a su mundo original. Cada intento de escapar lo llevaba más profundamente hacia nuevas realidades, cada vez más alienígenas y retorcidas. Sin embargo, el conocimiento que adquirió lo transformó: Eryon ya no era solo un viajero perdido. Comenzó a manipular las reglas de los niveles prohibidos y a usarlas en su favor. Enfrentó entidades ancestrales, seres que existían desde antes del tiempo, y descubrió que su propio cuerpo y mente estaban cambiando, adaptándose a las nuevas reglas de estas dimensiones.

A medida que pasaban los eones (pues el tiempo en estos niveles era incomprensible), Eryon se convirtió en un ser que los otros viajeros apenas podían reconocer. Se había fusionado con los niveles mismos, ganando poder, pero perdiendo su humanidad. Ahora, Eryon era una figura enigmática que se movía entre los niveles prohibidos y conocidos, observando a los nuevos viajeros que cruzaban la Puerta. Algunos dicen que Eryon se presenta en los momentos más críticos, cuando los viajeros están al borde de descubrir los niveles ocultos, susurrándoles advertencias crípticas para alejarlos del mismo destino que él sufrió.

El Eterno Guardián del Conocimiento Perdido

Hoy, Eryon es conocido entre los pocos que han oído hablar de los niveles prohibidos como "El Errante", una figura que puede ayudar o condenar a quienes se atrevan a avanzar demasiado lejos. Él no busca la liberación; ha aceptado su maldición y su rol. Custodia los secretos de las dimensiones, asegurándose de que solo aquellos verdaderamente dignos descubran los horrores y maravillas más allá de los niveles conocidos.

Algunos dicen que si un viajero logra encontrarlo, Eryon ofrece una elección: regresar a su mundo con recuerdos fragmentados o seguir adelante, hacia los niveles que desafían la cordura misma. La mayoría no sobrevive esta decisión.

La Última Advertencia

Eryon dejó un último mensaje en las paredes de uno de los niveles ocultos: "No busques lo que yace más allá del Juicio. La Puerta no es lo que parece. Hay mundos que no están destinados a ser conocidos por la mente humana."