Según la Kabbalah, esta tangibilidad física no es sino una ilusión en la que estamos a fin de disolver el pan de la vergüenza. Venimos a este mundo a perfeccionarnos como humanos, recibiendo de la luz del creador a fin de repartir a otros, eliminando el egoísmo interno.
Y si en realidad el demiurgo nos encerró en esta realidad como esclavos de lo físico, el método de salir de ello sería el mismo, perfeccionar tus cualidades espirituales, no volviéndote adicto a la vida material y procurando ser compartido...
Si el perfeccionamiento espiritual no es suficiente motivo, entonces no hay más que decir. (Editado 21 segundos después.)