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En una pequeña ciudad en el norte de España, un grupo de jóvenes entusiastas de la radioafición descubrió una frecuencia abandonada, la estación 17. Se decía que la estación había sido cerrada después de una serie de misteriosos incidentes en la década de 1980, pero nunca se supo con certeza qué había ocurrido.
Un día, mientras exploraban la frecuencia, comenzaron a recibir un mensaje repetitivo: un murmullo distorsionado que parecía provenir de un locutor en estado de pánico. Al principio, pensaron que era una broma, pero a medida que ajustaban el volumen y la calidad del sonido, lograron descifrar palabras sueltas: "ayuda", "no está muerto", "no apagues la luz".
Intrigados, decidieron investigar más. Pasaron noches enteras en foros de internet, buscando información sobre la estación 17. Encontraron un antiguo diario de un operador de radio que trabajó allí. En sus páginas, mencionaba a una entidad desconocida que parecía comunicarse con él a través de la radio, advirtiéndole sobre la llegada de algo oscuro.
Un par de días después, uno de los miembros del grupo, llamado Carlos, comenzó a actuar de manera extraña. Se aisló, hablando de voces que le susurraban secretos oscuros. Una noche, desapareció. Los amigos decidieron dejar de investigar, pero antes de hacerlo, grabaron una última transmisión en la estación. En la grabación, Carlos podía oírse diciendo: "Ya no puedo resistirlo... está aquí".
Poco después, la misma frecuencia comenzó a transmitir de nuevo. Esta vez, el mensaje era más claro: "Carlos se unió a nosotros. Ahora ustedes son los siguientes".
La historia terminó cuando, días después, uno de los amigos encontró la grabación en su teléfono. Al reproducirla, se escuchó una risa tenebrosa antes de que la señal se cortara.
Los jóvenes nunca regresaron a la estación 17, pero la frecuencia sigue activa. Se dice que quienes la escuchan son atraídos hacia la oscuridad que habita en el aire.
creppy pasta de toda la vida.